Más allá de Pegasus: políticas públicas contra periodistas y sociedad civil en El Salvador

Mujeres resistiendo a Pegasus: Testimonios desde El Salvador

El espionaje ilegal e ilegítimo trae nefastas consecuencias para sus víctimas, sin importar quiénes sean. Sin embargo, el uso de la información robada como instrumento para amedrentar a las víctimas varía cuando la persona afectada es una mujer, y el impacto también tiene otros matices. Pegasus, el software espía que permite total acceso a los dispositivos móviles infectados, desde chats y fotografías, hasta contraseñas, localización y todo lo que se puede hacer con un teléfono móvil, es un claro ejemplo de una herramienta que atenta contra la privacidad desde su diseño.

Muchas víctimas de softwares espías comienzan a autocensurarse, incluso en sus comunicaciones privadas, como respuesta al efecto inhibitorio y el miedo intenso de saberse espiadas. En el caso del gremio periodista también es recurrente la pérdida de fuentes por temor a que las comunicaciones sean capturadas por terceros. Para las mujeres víctimas de Pegasus, el desbalance de poder en relación a los hombres y la violencia de género estructural las expone de manera particular a la difamación, el chantaje y el doxxing. 

En el caso de El Salvador, de las 35 personas confirmadas de haber sido atacadas con Pegasus en enero de este año, poco menos de la mitad son mujeres. Entre ellas se encuentran Julia Gavarrete, periodista del medio digital El Faro, Xenia Hernández, Directora ejecutiva de la Fundación Democracia, Transparencia y Justicia (DTJ), y Mariana Belloso, Editora general del medio feminista Alharaca, todas pertenecientes a organizaciones o medios críticos del gobierno. En un evento en línea sostenido en abril, las tres compartieron los cambios de comportamiento que se han visto obligadas a implementar a raíz del espionaje ilegal sufrido, así como reflexiones sobre el impacto de Pegasus en sus vidas por su condición de mujeres. A continuación compartimos algunos fragmentos de sus testimonios; las partes resaltadas en negro son nuestras.

Testimonios
Temor a ataques por el hecho de ser mujer

A nadie le están buscando esa información personal si no es con la intención de perjudicar, de controlar, de manipular. En el caso de las mujeres es todavía más grave porque sabemos que el tipo de intimidaciones, de acosos, y de difamaciones del que somos objeto las mujeres, suelen tener connotaciones sexuales, connotaciones de nuestra vida personal, de nuestra vida familiar. […] Para los hombres es muy diferente, para las mujeres siempre tiene que ver con nuestra vida personal, con nuestra vida familiar, incluso con nuestra apariencia física, el uso de fotografías”. – Mariana Belloso


El hecho de tener Pegasus y el hecho de que exista un programa de vigilancia tan sofisticado como es este, claramente es un ataque que busca destruir a una mujer. Porque no podemos comparar, al final, la información que pueda ser sustraída de un hombre a una mujer cuando sabemos que por lo general la información que pueden robarnos a nosotras conlleva el tratar de denigrar nuestra imagen, el atacarnos sobre con quiénes nos juntamos, quiénes son nuestras relaciones. Creo que eso es uno de los principales objetivos, porque saben que a partir de ahí es de donde pueden agarrarse para poder silenciar a una mujer, y es donde la intimidación puede ser aún muchísimo más fácil que ocurra.

[…]

En el caso de las mujeres, la geolocalización es algo que realmente me preocupa, porque también creo que estoy muy clara en el país en el que vivimos y en el tipo de cultura en la que estamos. Que sepan de nuestros movimientos, qué lugares visitamos, incluso en términos del trabajo, dónde nos citamos con nuestras fuentes o dónde pensamos salir cada viernes en la noche, todo eso al final nos expone más, nos pone más en un escenario de mayor vulnerabilidad”. Julia Gavarrete

 

Búsqueda de terapia

Esa confirmación [saberse espiada] sin duda genera un fuerte golpe, […] al menos en mi caso, yo sí he tenido que recurrir incluso a procesos más complejos, como por ejemplo terapias que puedan ayudarme a sobrellevar una situación. Porque al final es una intromisión a un espacio personal, en términos del tipo de información que pudieron haber extraído o lo que pudieron haber revisado […] Es un shock que creo no es tan fácil de poder sobrellevar todavía. Solamente con terapias, al menos en mi caso”. – Julia Gavarrete

 

Falta de enfoque de género en la investigación 

Un enfoque de género en una investigación sería genial si estuviera un estado comprometido a querer al menos utilizar bien la institucionalidad. Pero vemos que la crisis democrática que El Salvador está viviendo es el desmantelamiento de toda la misma institucionalidad para tenerla al servicio de como ellos lo quieren. […] El enfoque de género es lo que menos les puede importar cuando ellos mismos tienen todo un aparataje de troles y no solamente en ataques digitales sino que también ataques físicos de diferentes maneras, o persecución física, vigilancia física como ya lo han hecho saber funcionarios en entrevistas y luego se retractan”. – Xenia Hernández

 

Actos de resistencia

“En el caso de las de las mujeres y de las personas de la diversidad que se llevan la peor parte en estos ataques, es aún más evidente [la afectación] […] Al final a uno le toca aplicar diferentes mecanismos de bloqueo para seguir usando plataformas como las redes sociales, para decir lo que queremos decir, a pesar de que sabemos que nos vamos a exponer a lo que nos vamos a exponer. Definitivamente son actos de resistencia. Seguir ejerciendo tu profesión, seguir haciendo tu trabajo, seguir buscando esas fuentes, esa información, esas confirmaciones, aunque las puertas se te cierren, son actos de resistencia. Y sobre todo porque yo creo que nadie debería de tener la obligación [de resistir]. Yo también he hablado con colegas que de pronto me dicen ‘no, yo mejor ya cierro Twitter porque yo no puedo estar expuesta a esto’, y es totalmente respetable. Se tiene que hacer lo que te dé paz, lo que te de tranquilidad y al final dedicarte a tu trabajo sin una exposición adicional; es totalmente válido y respetable. Pero también el callarnos le da al final el triunfo de la razón a quienes nos están atacando con este tipo de herramientas”. — Mariana Belloso

Llamamos a una moratoria

Los desarrolladores de Pegasus, NSO Group, han manifestado que solo venden dicho software espía a gobiernos. Por otro lado, el fiscal general fue impuesto por el partido oficialista sin considerar otros perfiles, y es su oficina la que lleva la investigación en El Salvador en torno a Pegasus. Esto genera un ambiente complejo para el desarrollo de las pesquisas, donde el enfoque de género no ha sido una prioridad, como demostró la fiscalía en la audiencia pública ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Las salvaguardas en derechos humanos para la venta, la cesión y el uso softwares espías deben proporcionar a las víctimas herramientas legales y psicosociales internas de reparación. Siendo que esta y otras protecciones no están siendo ejecutadas, llamamos a los Estados a implementar una moratoria inmediata de dicha tecnología de vigilancia.


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