Privacidad en desplazamiento migratorio, Migrar Sin Vigilancia

Privacidad en desplazamiento: estas son las amenazas digitales contra albergues migratorios en México

Diariamente, la población migrante se enfrenta a amenazas físicas y digitales. En medio de este contexto de vulnerabilidad, los albergues y las casas de acogida intentan cubrir sus necesidades y brindarles acompañamiento en una serie de procesos. Para hacer esto posible, los albergues recolectan datos personales de las personas en tránsito, lo cual traslada varios riesgos a estos espacios. 

Con el objetivo de evaluar las amenazas digitales a las que se enfrentan los albergues, la Coalición Latinoamericana #MigrarSinVigilancia elaboró el reporte “Privacidad en desplazamiento migratorio: Un diagnóstico sobre la vigilancia, protección de datos y seguridad digital en lugares de acogida de personas migrantes en México. Basado en testimonios”. El documento se basa en entrevistas realizadas a personal de diez casas de acogida ubicadas en el norte, centro y sur de México. 

La finalidad del informe es ser el punto de partida para el desarrollo de materiales, recomendaciones y prácticas que puedan servir para hacer frente a las amenazas identificadas, al tiempo que pone al frente las voces de las y los defensores de derechos humanos que diariamente brindan apoyo en terreno a las personas en tránsito. A continuación, realizamos un breve resumen con algunos de los puntos claves de este producto:

El reporte identifica tres áreas donde la información de las personas migrantes con la que cuentan los albergues puede ser vulnerada: en el alcance y forma del procesamiento de los datos personales, en el intento de acceso a los datos por parte de terceros y a través de la vigilancia a estos espacios. 

Alcance del procesamiento de los datos personales

Uno de los riesgos del procesamiento de datos en contextos de vulnerabilidad es que el libre consentimiento para dicho procesamiento se puede ver minado por las circunstancias: la realidad material y la complejidad de los procesos migratorios dificultan o imposibilitan que las personas en tránsito puedan negarse a la entrega de sus datos, pues de ello depende poder cubrir una necesidad inmediata o incluso asegurar el éxito de su viaje.

Por otro lado, son muchos los actores maliciosos que se interesan en los datos de las personas migrantes para explotarlos o vigilarlos, por lo que el tratamiento de estos siempre reviste un riesgo. Para reducir la posibilidad de vulneración de estos datos recomendamos minimizar la cantidad de datos solicitados a aquellos estrictamente necesarios para proveerles los servicios del albergue, fortalecer los procesos para la obtención de su consentimiento, e implementar metodologías de identificación de riesgos digitales y protocolos de documentación y respuesta

Estas medidas no solo permitirían a las personas migrantes ejercer su derecho a la autodeterminación informativa sino que además posibilita a los albergues identificar patrones y posibles perpetradores de ataques, facilitar los procesos de denuncia y brindar respuestas sistematizadas a los incidentes.

Intentos de acceso a los datos por parte de terceros

Además de la vulneración de dispositivos de las personas migrantes en la ruta y del robo de equipos de cómputo en los albergues, el personal narró distintas situaciones en las que actores ajenos al quehacer del albergue les han solicitado datos personales de las personas en tránsito que atienden. Estos actores se pueden agrupar en:

  • Autoridades e instituciones públicas: la mayoría de los albergues entrevistados indicó que únicamente comparten estadísticas o números totales de personas que han apoyado, y no los datos desagregados. Sin embargo, fueron varias las situaciones en las que los espacios de acogida tuvieron que oponerse a solicitudes informales de entrega de datos personales, incluso estando bajo amenaza. La arbitrariedad de estas solicitudes representa un abuso de poder por parte de las autoridades e instituciones públicas.
  • Actores humanitarios y de cooperación internacional: ACNUR es una de las organizaciones con la que, a partir de convenios firmados, algunos albergues comparten información de personas en tránsito para casos concretos. El almacenamiento de datos personales de la población en tránsito por parte de ACNUR reviste preocupaciones, pues la agencia cuenta con un acuerdo de intercambio de información biográfica y datos biométricos con el Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (DHS por sus siglas en inglés).

    Por otro lado, al menos una de las agencias de cooperación que financia a un albergue ha solicitado listas de asistencia, registro y beneficiarios. Este requerimiento es percibido como ilegítimo, cuestionable y arbitrario, ya que no existe una correlación entre conocer la identidad de las personas que pasan por un albergue y el quehacer de una agencia financiadora. 
  • Crimen organizado y terceros no verificados: Además de los grupos delictivos que pueden operar en conjunción entre ellos o con autoridades corruptas, los agresores de las personas migrantes en su país de origen también intentan obtener información de los albergues. En ocasiones quien contacta a los albergues son familiares de las personas en tránsito que les han atacado o amenazado anteriormente. La experiencia y el contexto han ayudado a los espacios de acogida a identificar cuando una solicitud es sospechosa y no necesariamente proviene de quien dice venir. Independientemente de quién les contacta para estos fines, si se entregara esta información se puede poner en juego la integridad física de la persona en tránsito y su plan migratorio. 

Vigilancia a los albergues 

Quienes se acercan a los albergues con la intención de conocer datos personales no se interesan únicamente en las personas en tránsito, sino también en la información y hábitos del personal del albergue. Esto representa un riesgo para su seguridad, pues al ser defensores y defensoras de una población vulnerable se convierten también en blanco de actores amenazantes.

Algunas personas expresaron preocupación tanto por medidas de monitoreo focalizado -por ejemplo, al sospechar que sus comunicaciones pueden estar intervenidas- como por el avistamiento de tecnología que habilita la vigilancia masiva, por ejemplo, vehículos aéreos no tripulados (drones). 

El peligro que implica este tipo de prácticas pasa por la extracción de datos personales y de cómo estos pueden ser instrumentalizados por parte del agente ejecutor. Conocer la locación de una persona defensora de derechos humanos, por ejemplo, puede trasladar los riesgos del plano digital al plano físico. Saberse bajo vigilancia también conlleva un efecto inhibitorio que mantiene a la persona en alerta sobre qué acciones tomar y qué medios de comunicación utilizar, todo esto en el marco de la atención crítica brindada a la población vulnerable.

Si bien algunas de las amenazas digitales a las que se enfrentan los albergues son producto de  la falta de cumplimiento de la normativa en materia de protección de datos personales por parte de las autoridades e instituciones públicas, existen otros riesgos que se pueden mitigar a partir de la mejora en las medidas de seguridad digital que cada espacio de acogida pueda implementar. En definitiva, la prevención es siempre menos costosa y más efectiva. 

Invitamos a las organizaciones de sociedad especializadas en materia de seguridad a contactar con la Coalición Latinoamericana #MigrarSinVigilancia para, en conjunto, desarrollar estrategias, protocolos y otros mecanismos para fortalecer los espacios digitales de los albergues, fomentando así no solo una mayor protección de los datos de las personas en tránsito, sino también a las y los defensores de derechos humanos que procesan esta información.