La Conferencia mundial de la UNESCO “Por un Internet confiable” comienza hoy en París, donde se convocaron a miles de representantes del sector público, privado y de sociedad civil -incluidos algunas colegas de Access Now- para discutir el proyecto de directrices para regular las plataformas digitales respetando los derechos humanos. Nuestro mensaje a los delegados es que sitúen los derechos humanos en el centro de una consulta transparente, amplia y significativa con las partes interesadas en todo el mundo.
Los organismos multilaterales como la UNESCO, en colaboración con sociedad civil y otras partes interesadas, desempeñan un papel importante en los impactos regulatorios respecto a las plataformas digitales, siempre y cuando se centren en los derechos humanos, reduzcan los riesgos de abusos y contemplen consultas significativas desde el principio. No obstante, los esfuerzos de la UNESCO, hasta ahora, no han dado en el blanco. El proyecto más reciente de las directrices que se encuentra bajo discusión es vago y excesivamente amplio en su alcance, incoherente en su planteamiento y no tiene en cuenta las necesidades y expectativas particulares de las personas de la mayoría global.
Hasta la fecha, la UNESCO ha publicado tres borradores diferentes de estas directrices. El segundo borrador (Borrador 1.1.) suponía una mejora en relación con el primero, ya que dejaba de proponer un marco regulatorio y un modelo de legislación para pasar a centrarse en principios y orientaciones. Pese a ello, su contenido nos sigue preocupando, y así se lo hicimos saber a la UNESCO en enero, sobre todo por la posibilidad de que las recomendaciones se malinterpreten o se utilicen indebidamente.
Nuestro principal problema con el Borrador 1.1 de las directrices estaba relacionado con la falta de compromiso con los países de la mayoría global, que se reflejaba en las versiones lingüísticas limitadas del contenido (solo disponible en inglés, francés y, eventualmente, español), la falta de reflexión sobre cómo las personas en los países de la mayoría global, específicamente en democracias frágiles o regímenes autoritarios, se ven afectadas negativamente por un impulso a la regulación de las plataformas, y la falta de comprensión sobre el impacto que estas directrices tendrán en contextos regionales tan diferentes.
Esta iniciativa para la gobernanza de contenidos liderada por la UNESCO forma parte de esfuerzos más amplios por parte este organismo, principalmente el de “Por un internet confiable: Hacia unas directrices para regular las plataformas digitales para la información como bien común”, que es el tema central de la Conferencia mundial del organismo de las Naciones Unidas, que se celebrará en París, Francia, del 21 al 23 de febrero de 2023. Esta semana, Access Now participará y, como tantas otras organizaciones, estaremos cuestionando a la UNESCO sobre esta iniciativa y pediremos explícitamente que el organismo de las Naciones Unidas garantice una consulta transparente, deliberada, amplia y sustancial centrada en los derechos humanos de todas las personas en todas las regiones.
Asimismo, resaltan por su ausencia, las escasas referencias a los marcos regulatorios existentes y relevantes sobre transparencia y rendición de cuentas de las plataformas, así como a las normas de gobernanza de contenidos que revisten una protección con los derechos humanos y la falta de armonización terminológica con las normas internacionales de derechos humanos. Por último, nos pareció que no se definía el alcance de las plataformas o los contenidos que debían abordarse, y apenas se hacía referencia a la necesidad de contar con marcos adecuados de protección de datos.
El Borrador 2.0 de las directrices se publicó hace apenas dos semanas, pero con sólo un mes de plazo para comentarios, que tenemos previsto presentar en breve. Nuestras primeras impresiones sobre esta última actualización mostraban signos de mejora -se ha aclarado la terminología, por ejemplo-, pero nos sigue preocupando la velocidad a la que se está impulsando esta iniciativa.
¿Qué debería hacer la UNESCO?
En primer lugar, la UNESCO debe ir más despacio. Cualquier intento de regular las plataformas digitales es una tarea vasta y compleja que exige una cuidadosa consideración y consultas apropiadas para reflejar de forma adecuada las consecuencias reales y graves sobre los derechos humanos de las personas, especialmente en contextos autoritarios. Las directrices que se pretenden publicar no es algo que deba precipitarse.
También nos gustaría que la UNESCO tomará medidas para comprometerse de manera más significativa y deliberada con todos los actores relevantes, de modo que sus perspectivas puedan integrarse plenamente en las directrices. Esto es:
- Aprovechar la Conferencia mundial de esta semana para perfeccionar y mejorar el proceso de aportaciones a las futuras directrices al solicitar la opinión de los Estados miembros, sociedad civil y el sector privado sobre cómo ser más transparentes y proactivos en la participación de las comunidades más afectadas.
- Publicar los futuros borradores de directrices en todas las lenguas oficiales e invertir en el desarrollo de capacidades para que los comentarios recibidos en cualquiera de esas lenguas se tengan debidamente en cuenta.
- Dar prioridad a las consultas con sociedad civil y otras partes interesadas que resulten pertinentes en democracias frágiles o regímenes autoritarios, y prestar especial atención a la realidad contextual de cada país y a los posibles riesgos para los derechos humanos.
- Colaborar con los organismos e iniciativas existentes comprometidos con el desarrollo de normas respetuosas con los derechos para la regulación de contenidos en línea, con el fin de reforzar la legitimidad de las directrices y asegurarse de que fomentan y apoyan los esfuerzos locales, regionales o nacionales pertinentes con el mismo objetivo final.
¿Va a asistir a la conferencia de la UNESCO en línea o en persona y quiere saber más sobre esta iniciativa? Asista a nuestro evento híbrido que tendrá lugar hoy, 21 de febrero, en la Sala VII (y en línea) de 18:00 a 20:00 CET. Coorganizado con el European Center for Not-Profit Law (ECNL), este encuentro interactivo para la sociedad civil se centrará en la obligación de las plataformas de llevar a cabo evaluaciones de riesgo en tiempos de crisis.